...Y Jesús era un navegante
En un pueblo de la Mancha, en la plaza mayor, justo al lado del Ayuntamiento, se monta el belén. No, no, si el pueblo es muy tranquilo. Quiero decir que la Corporación monta un Belén con figuras y todo lo que está mandado, para el gozo y disfrute de la vecindad y visitantes.
cuando caminaba sobre las aguas
Y pasó mucho tiempo observando
desde su solitaria torre de madera
Cuando al fin supo con certeza
que sólo los que se ahogaban podían verle,
Dijo: "Todos los hombres serán navegantes
hasta que el mar los libere"
Pero él mismo se vino abajo
mucho antes de que el cielo se abriera
Abandonado, casi humano,
se hundió bajo su sabiduría como una piedra...
(fragmento de Suzane, de Leonard Cohen)
Hay cosas que son absurdas, disparatadas y contra-natura.
En esta época, supuestamente de armonía, donde los turrones vuelven a casa por Navidad,
y en los balcones aparecen colgados unos tipos gordos de rojo, las
ciudades montan sus belenes y pesebres vivientes y en el cielo aparece una estrella con larga
cola para dirigir a reyes no borbones, surgen también estampas que no cuadran
demasiado con lo que representan. Por ejemplo: un belén entre rejas.
En un pueblo de la Mancha, en la plaza mayor, justo al lado del Ayuntamiento, se monta el belén. No, no, si el pueblo es muy tranquilo. Quiero decir que la Corporación monta un Belén con figuras y todo lo que está mandado, para el gozo y disfrute de la vecindad y visitantes.
Hasta aquí todo bien, pero resulta que esta representación se la enjaula
entre rejas, según parece debido a que alguien "sustraía" figuras, no se sabe bien porqué ni qué podía hacer con ellas... Lamentable.
Siendo del todo lógico que los organizadores -visto el problema- decidieran en su día "proteger" la propiedad de los figurantes, el resultado es bastante deprimente. Es una pena ver al niño Jesús, San José y la Virgen encerrados, entre rejas...
No quiero ni pensar qué sucedería si la vaca, el burro y los corderos que los pastores llevan a hombros, fueran de carne y hueso. Y si los chorizos y morcillas que los pastores llevan
-como es mandado- en su zurrón fueran de los de comer... no, no quiero ni pensarlo.
Y es que ya lo decía mi abuela; el portero de manicomios y cárceles, cuando cierra por la noche, exclama: "encierro muchos más fuera que dentro".
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