Ni siquiera en la Justicia deportiva de este país, vamos. Desde causas que "prescriben" incomprensiblemente, hasta indultos en delitos de banqueros (Alfredo Sáenz, del Santander), Botín el hombre de rojo intocable, delitos de sangre como el de la chica de Sevilla que acaban de chirigota, lastimosamente para la familia... El final de fiesta en el juicio de Valencia es ya la repanocha en grado superlativo. Con estas decisiones y veredictos, no puede esperarse que la gente se sienta protegida por el sistema judicial de este país, más bien es una invitación al desacato total y que nos tomemos las cosas que -supuestamente- deberían ser serias y respetables a pitorreo. Manos a la obra. Con el trabajo y la preparación que lleva el configurar un jurado popular, resulta que en Valencia se les colaron 5 ciegos y sordos . No hay otra explicación, vamos... La salida del juicio fue un festival de huevos y abucheos, normal. En este país sólo el P.P. puede estar de acuerdo con el ver