Es
un buen ejercicio hacer el análisis de dos equipos antes de que se
juegue un partido entre ambos.
Un sinsentido que -como experimento- tampoco está tan mal.
Un sinsentido que -como experimento- tampoco está tan mal.
Esta
noche se va a jugar el archi-denominado “clásico”, el partido de
los partidos, el cara a cara de dos equipos clasificados como lo
mejor de lo mejor, de la liga más mediática del mundo, el más de
lo más vaya. Y llega en unos momentos en que se ha querido propiciar
una situación de supuesta igualdad, hasta de ventaja, aunque sólo
sea por unos puntitos en la tabla de clasificación por parte de los
blancos (siempre me ha hecho gracia cuando se habla
de los colores de un club, cuando el equipo va de blanco...)
No puedo ni voy a intentar esconder mi barcelonismo, para qué?
No puedo ni voy a intentar esconder mi barcelonismo, para qué?
Desde
este prisma, voy a hacer un análisis en base a aspectos y
actores de la representación...
MOURINHO vs GUARDIOLA
Despecho
frente a mesura, provocación frente a respeto, escándalos frente a
moderación... Mourinho, un entrenador que no ha dejado indiferente por donde
ha pasado y ha pasado por varios clubes en pocos años. Filosofía
básica: destruir. Que no te marquen e intentar victorias al
contragolpe o por intensidad de pegada. Resultado frecuente:
victorias “italian way” y aburrimiento por juego insulso. Prepara
los partidos -en particular los clásicos- más en las ruedas de
prensa que en la yerba. Payasea en la banda en vistas a exaltar
ánimos, a propios y extraños, de lo cual es especialista destacado.
Xóse
Mourinho aprendió bastante de lo que sabe en Barcelona, en su época
de ayudante del entrenador del FCB, Bobby Robson, que llegó a Sir en
su Inglaterra natal y al que se conoció como el “señor de los
banquillos”. !Qué mal alumno fuiste Xóse, ni siquiera se te
quedó el “saber estar”!...
El
Mourinho-personaje es el clásico al que le ríen las gracias sólo
los propios, los de casa, hasta el extremo que todo -todo-
está bien si bien le sale y sino también. Puede poner dedos en el
ojo de contrarios, decir que no sabe quienes son y encima no
reconocer la acción y, ni por asomo, pedir disculpas. Todo un
ejemplo, vaya.
En
el Real Madrid ha alcanzado cotas de poder impensables y que a los propios merengues se les antojan desmesuradas.
Con
connivencia con don Florentino, el capitoste de ACS, amo y señor de
puentes y caminos, señor de cartera floja, que de fútbol entiende
lo que yo de física cuántica, está haciendo y deshaciendo un no
parar. Ha puesto la Gran Institución al son de fado portugués
y es inminente que designe al señor Mendes (traficante de jugadores,
en especial los de lengua portuguesa que suelen decir “os vais a
joder, caralho!”), de
director general ejecutivo, cargo que en la práctica ya ostenta.
Ay,
si don Santiago Bernabeu levantara cabeza!
De
Guardiola qué decir, es un chico normal, que prefiere la
discreción y que ha ganado unos titulillos. Es todo. Pero
parece que estos títulos han levantado muchas ampollas en las
esquinas de la Castellana, esquinas proclives de pelotazos
urbanísticos y se han disparado las alarmas. José Maria García
-el butanito- desde su retiro obligado, pero con la sabiduría
futbolística que nadie discute, decía el otro día que sólo hacía
falta mirar al palco del Bernabéu para saber por donde van los
tiros. Aznar dijo: “hay que ayudar al Madrid”. Claro
es una cuestión de estado. ¿Quien representa mejor al País que el
Real y los toros de Osborne?. Pero qué se habrán creído estos
catalanes con tanto subirse a las barbas de la principal
Institucional Nacional?
Alfredo Di Stéfano |
Deberíamos
remontarnos al año 1953 (muchos penaltis pitados desde entonces),
cuando el hoy presidente de honor del Real Madrid, don Alfredo Di
Stéfano, era fichado por el equipo rival y -por Real Decreto- se
impedía que pudiera jugar en el Barcelona. En documentación
bibliográfica de firmas fuera de duda se llega a afirmar que “el
gobierno (español) no consentirá que Di Stéfano y Kubala jueguen
en el mismo equipo”...
Por
si hubiera alguna duda, se intentó una chapuza, una solución
salomónica: que el jugador ejerciera su oficio dos años en cada
equipo (sic). Resultado: Di Stéfano al Real Madrid y toda la
directiva en peso del FC Barcelona dimite en bloque.
No
es el caso de la coyuntura actual (o al menos esto parece) pero malo
es cuando desde el ombligo de la nación se oyen voces salvavidas. No
en vano este equipillo que dan en llamar Barsa, que asocian con ideas
separatistas y banderas extrañas, lleva ya unos años arrasando
títulos y pulverizando récords. En 2009 llegó a ganar 6 títulos:
Liga, Copa, Supercopa de España, Liga de Campeones, Supercopa de
Europa y Copa Mundial de Clubes y
ha seguido arrasando por doquier. Para más inri lo hace con señorío, con juego envidiado, con
sello de “fair play” y con resultados holgados.
Haciendo siempre amigos y con la máxima educación |
Es
el triunfo de la planificación frente a la improvisación, de
valorar y potenciar los jóvenes valores de la propia cantera, frente a
golpes de talonario en busca de estrellas galácticas, de pensar que
con dinero todo se compra, de presidentes reincidentes que se agarran
a clavos ardiendo para soñar con resultados inmediatos, de jugadores
mediáticos que se auto definen como guapos, ricos y maravillosos, con cuerpo chulo-piscinas y
que la jugada que más prodigan es la peineta, el insulto, la
provocación y la violencia.
Sinceramente,
yo no me sentiría nada orgulloso de pertenecer a un club así, mas bien todo lo contrario. Aunque gane el partido de esta noche.
En fin: que gane el mejor. ¿El mejor?
Bueno, lo tengo claro entonces...
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