Tarragona no atiende infartos
después de las cinco de la tarde.
(De El País 04/01/12)
Está visto que las cosas se ponen pero que muy mal. Uno ya no puede permitirse el lujo de tener un infarto, so pena de muerte.
Felipe Rivas, ciudadano de Tarragona, llegó de urgencia, en una ambulancia medicalizada, al Hospital Joan XXIII de Tarragona, con un infarto diagnosticado por el propio médico de la ambulancia y controlado con dos pastillas de "cafinitrina".
Al llegar al centro se encontró con que la unidad de hemodinámica del centro ya había cerrado... El horario de la unidad es de 8 de la mañana a 5 de la tarde, de lunes a viernes.
O sea, como una tienda de ultramarinos, vaya. No se le ocurra a Vd. tener ni un amago o un soplo a partir de las 5 de la tarde y, por supuesto, en fin de semana, ni hablar.
La alternativa para los usuarios de Tarragona es seguir el camino hasta Barcelona (unos 100 Km.) mientras se rezan unos rosarios a Santa Tecla (patrona de la ciudad) a ver si intercede y hay suerte...
Sabido es que en este tipo de afecciones el tiempo es vital, no sólo para atajar el problema, sino para evitar lesiones vasculares irreversibles.
Pero en nuestros días y con la que está cayendo, esto ya no tiene la menor importancia. Con los recortes en Sanidad los médicos ya no quieren hacer horas extras y si una urgencia llega después de las 16.30 ya no es atendida, no fuera que no se pudiera cerrar a las 17.00 en punto.
Así de crudo y así de real. No sé si los culpables serán "los mercados", el gobierno, los médicos, la prima esa o la madre que la parió, pero uno desea no tener ningún familiar o amigo metido en un episodio así.
Y por si acaso, si me acerco por Tarragona, intentaré que no sea en fin de semana o ahuecar de allí antes de las 16.30.
No, por nada...
Al llegar al centro se encontró con que la unidad de hemodinámica del centro ya había cerrado... El horario de la unidad es de 8 de la mañana a 5 de la tarde, de lunes a viernes.
O sea, como una tienda de ultramarinos, vaya. No se le ocurra a Vd. tener ni un amago o un soplo a partir de las 5 de la tarde y, por supuesto, en fin de semana, ni hablar.
La alternativa para los usuarios de Tarragona es seguir el camino hasta Barcelona (unos 100 Km.) mientras se rezan unos rosarios a Santa Tecla (patrona de la ciudad) a ver si intercede y hay suerte...
Sabido es que en este tipo de afecciones el tiempo es vital, no sólo para atajar el problema, sino para evitar lesiones vasculares irreversibles.
Pero en nuestros días y con la que está cayendo, esto ya no tiene la menor importancia. Con los recortes en Sanidad los médicos ya no quieren hacer horas extras y si una urgencia llega después de las 16.30 ya no es atendida, no fuera que no se pudiera cerrar a las 17.00 en punto.
Así de crudo y así de real. No sé si los culpables serán "los mercados", el gobierno, los médicos, la prima esa o la madre que la parió, pero uno desea no tener ningún familiar o amigo metido en un episodio así.
Y por si acaso, si me acerco por Tarragona, intentaré que no sea en fin de semana o ahuecar de allí antes de las 16.30.
No, por nada...
Me ha recordado a Gila llamando al enemigo por si les venía bien parar la guerra a la hora de comer.
ResponderEliminarValora en upnews.es: Está visto que las cosas se ponen pero que muy mal. Uno ya no puede permitirse el lujo de tener un infarto, so pena de muerte...
Es muy fuerte. Igual ocurre algo parecido a aquel dicho de: si no quieres ponerte malo, hazte autónomo. A quien se le ocurre ponerse grave después del horario de trabajo!!
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